Asociación Argentina de Extensión Rural

El rol de los extensionistas rurales

El titular de INDAP, Octavio Sotomayor, sostuvo, al iniciar el encuentro realizado en la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad de Chile, que el trabajo de los extensionistas, hoy, es fundamental para el desarrollo de la agricultura familiar y comprometió a los 5 mil consultores o extensionistas de la institución a perfeccionarse para mejorar la atención a sus usuarios.

El compromiso de Sotomayor fue formulado en la inauguración del encuentro foro organizado por Relaser Chile (Red Latinoamericana para Servicios de Extensión Rural), realizado el martes 5 de abril. La convocatoria invitaba a distintos actores del mundo público y privado para discutir la formación de los extensionistas como agentes de innovación tecnológica, de cambio social y personal, a la luz de un documento que fue entregado a los participantes denominado “El nuevo extensionista”.

En su presentación, el director nacional aseguró que la institución está haciendo una serie de actividades, “muchas de ellas con ustedes y que tienen que ver exactamente con los 5 mil consultores porque estamos empeñados en darle visibilidad al tema de la extensión rural. Este año y como una forma de estimularlos, les ofrecimos un incremento salarial de más del 9% el sus honorarios, aumentamos también en 25% los recursos para locomoción o combustible, pero a la vez les estamos pidiendo mayor compromiso y profesionalismo. En el fondo, un servicio de mayor calidad”.

Al referirse al trabajo de esos profesionales, comentó que “se trata de agrónomos, médicos veterinarios, técnicos agrícolas muy empeñosos, pero que de pedagogía saben muy poco y por lo mismo les estamos pidiendo aumentar nuevas miradas en el trabajo, una mirada más humanitaria. Para ello les estamos entregando algunos cursos con apoyo del INIA e IICA y que el año 2015, por ejemplo, capacitó a unos 100 profesionales. También otros cursos con la Universidad de Chile y otros relacionados con el cambio climático”.

Garantizó el firme compromiso de construcción de un sistema interno de capacitación moderno y actualizado, “que induzca a estos profesionales a un mejoramiento”. Reafirmó su compromiso de apoyo a las actividades de Relaser asegurando que “la extensión es una de las actividades que estamos trabajando en esta administración y para ello estamos montando proyectos más sofisticados. Este es un primer paso. El segundo lo hablamos ya in extenso, es el cambio quizás radical en el Programa de Desarrollo Territorial Indígena, el PDTI, uno de los programas de extensión más importantes de nuestra institución. Son 53 mil familias que requieren de todo nuestro esfuerzo pues son familias trabajadoras y que el Estado tiene que hacerse parte”.

 

El desafío, a su juicio, es darle pertenencia cultural al PDTI, relevar a la comunidad, que no sean solamente un RUT, meter a las autoridades tradicionales, “los lonkos, por ejemplo, tienen que jugar un rol en un proceso de extensión y eso significa un cambio de pensamiento cultural en los mil o dos mil profesionales que están trabajando en ese programa”.

Pero para que ello se haga efectivo, se requieren nuevas miradas. Sotomayor precisa que “no bastan los veterinarios, los agrónomos. Ahora necesitamos sociólogos, sicólogos, antropólogos, en definitiva nuevos ´socios´ porque está claro que el enfoque actual no es suficiente”. Las comunidades reclaman y eso se desprende de una consulta que INDAP hizo a los 9 pueblos originarios. Fueron 120 talleres con aproximadamente 1.800 dirigentes de todas las etnias. “En esos talleres –continúa Sotomayor- los dirigentes nos pidieron, primero, que los escuchemos y eso supone entender su cosmovisión, recogerla, respetarla, valorarla y adecuarla”.

Sotomayor insistió que el tema de los extensionistas no lo resuelve sólo INDAP y por lo mismo cobran importancia los convenios que la institución tiene con otros servicios del agro como el que existe con el INIA. Comentó además que INDAP está colocando “soporte experto a técnicos de primer nivel por sobre los extensionistas de forma a mejorar la calidad de los consejos técnicos”. Estos profesionales pertenecen a las filas del INIA, también de universidades de reconocida capacidad, consultores privados que, explica, “nos permite colocar a los mejores profesionales como es el caso de los vinos, donde se van a capacitar a los técnicos Prodesal y PDTI que están trabajando en el rubro”.

Otra iniciativa que surgió en los últimos meses es el de los “Talentos Rurales”, que son agricultores avezados, lúcidos, que irán a aconsejar a un agricultor más rezagado en una capacitación horizontal, campesino a campesino. “Este tema –expresó el director nacional de INDAP- es paradigmático. No es solo el sabio que sabe todo, sino que un igual capacitando a sus iguales”.

Garantizó, finalmente, que “tenemos 150 mil usuarios y debemos tener muchos talentos rurales dispuestos a traspasar conocimientos y a quienes los otros campesinos le dan mayor legitimidad. Entendemos que esta es una semilla, pero pienso que quizás lleguemos a una arquitectura distinta del sistema de extensiones que tenemos en el Prodesal y PDTI”.

Luego del saludo, los participantes del foro dedicaron la jornada a intercambiar experiencias, opiniones y delinear proyectos, entre los que se contaba con el profesional de INDAP, Fernando Barrera, quien se refirió a las competencias requeridas para desarrollar la labor del extensionista, sin duda un desafío interesante para el desarrollo y potencialidades de la agricultura familiar campesina del futuro.

 

¿Qué es un extensionista y cuál es su papel en las labores agrícolas?

De acuerdo con la definición de la Sagarpa (Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación) de México, “Un extensionista es un promotor y gestor del desarrollo rural. Un agente que favorece la realización de procesos de desarrollo rural.

Estos agentes deben cumplir con ciertas características propias para su actividad a realizar dentro de la localidad que les haya sido encomendada, o que ellos mismos hayan escogido; es necesario que cuenten con conocimientos, y experiencia en la prestación de servicios profesionales relacionados con el medio rural, que realicen un debido diagnóstico del lugar para que el proyecto que habrán de impulsar, asesorar o poner en marcha para que tenga resultados viables, y sobre todo, que a los habitantes del lugar les sea de beneficio en el mejoramiento de su calidad de vida”.

 

RELASER

Es la Red Latinoamericana de Servicios de Extensión Rural, creada en octubre del 2010, en Santiago de Chile. En esa oportunidad un conjunto de instituciones públicas y privadas, bajo el liderazgo internacional de GFRAS (Global Forumfor Rural Advisory Services), decidió crear un espacio para el debate acerca del estado y evolución actual de los sistemas de la extensión rural en Latinoamérica y trabajar en su mejoramiento.

La misma entidad entiende por extensión “todas las diferentes actividades que se realizan para proveer la información y servicios que necesitan y demandan los agricultores y otros actores del sistema de innovación, para ayudarlos a desarrollar sus capacidades técnicas, organizacionales y de gestión, de tal manera de mejorar su calidad de vida y bienestar” (GFRAS, 2010).

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