Asociación Argentina de Extensión Rural

AADER abre el debate: ¿Es posible un país sin extensión rural pública?

La Asociación Argentina de Extensión Rural (AADER) llevó adelante este 11 de junio de 2025, en el Salón de Actos de la Facultad de Ciencias Agrarias y Forestales de la Universidad Nacional de La Plata, la jornada-debate nacional “¿Es posible un país sin un sistema público de extensión rural?”. La actividad contó con una amplia participación presencial y virtual de más de 300 personas inscriptas.
La jornada reunió a referentes institucionales, académicos, representantes de organismos internacionales, productores, organizaciones campesinas y actores del territorio para reflexionar sobre los desafíos que enfrenta el sistema público de extensión rural argentino en el contexto actual.
El Decano de la Facultad de Ciencias Agrarias y Forestales, Ing Ricardo Andreau dio la bienvenida y señaló la importancia de la Jornada en el marco de la situación actual que atraviesa la Universidad pública, solidarizándose con la situación del INTA y de la extensión rural pública.
Durante la apertura, Guillermo Ander Egg, presidente de AADER, expresó: “No se trata solo de defender estructuras institucionales. Se trata de sostener y mejorar un sistema de extensión activo, con presencia territorial —como históricamente lo han sido el INTA, los programas de Agricultura Familiar o Cambio Rural— para acompañar de manera integral las complejas necesidades productivas, sociales y ambientales que atraviesan a nuestro país. Defendemos el sistema público de extensión rural porque lo entendemos como un pilar fundamental para construir un desarrollo nacional soberano, sustentable y con equilibrio territorial.”
En el contexto actual la AADER alertó sobre los impactos de medidas recientes:
• El cierre en marzo de 2024 del Instituto Nacional de la Agricultura Familiar, Campesina e Indígena (INAFCI),
• La eliminación del Programa ProHuerta, que durante 34 años garantizó el acceso a alimentos sanos y fortaleció la producción local,
• La clausura del Programa Cambio Rural, que acompañó a más de 50.000 pequeños y medianos productores a lo largo de tres décadas,
• El vaciamiento actual del INTA, con la amenaza del cierre de Agencias de Extensión Rural, despidos masivos que afectarían a 1.500 trabajadores y el riesgo de venta de tierras e infraestructuras públicas estratégicas y el cambio de su gobernanza.
⦁La reducción presupuestaria en todo el sistema de Ciencia, Tecnología e Innovacion alcanza al 50 % desde que asumió la actual administración,
Desde AADER explicaron:
“Estas decisiones no solo debilitan la capacidad técnica del Estado, sino que impactan directamente sobre la seguridad alimentaria, la innovación agropecuaria y el arraigo de las comunidades rurales. 
La agricultura familiar, que representa el 65% de los productores del país, depende en gran medida del sistema público de extensión para acceder a asistencia técnica, capacitación y acompañamiento.”
 
 
Primer eje: El rol del Estado y las instituciones
Los paneles abordaron tres ejes clave. El primero fue el rol del Estado y las instituciones en el desarrollo agropecuario y rural, con la participación de especialistas del INTA, universidades y espacios académicos.
Carlos Alemany propuso asumir una doble misión: por un lado, una extensión rural resistente, que acompañe, apoye y fortalezca los miles de proyectos productivos, comerciales y organizativos que en todo el territorio intentan sostenerse frente al desmantelamiento de políticas públicas. Por otro lado, una extensión rural reconstruyente, que se prepare para intervenir en los escenarios de reconstrucción institucional y social. Según sus propias palabras:
“Para mí la misión fundamental de la extensión es acompañar ese proceso” de resistencia territorial, pero también debemos pensar en “la otra misión… la misión de una extensión rural reconstruyente”. Esta doble estrategia no implica empezar de cero, sino recuperar lo mejor de las experiencias acumuladas y proyectarlas hacia el futuro con nuevas herramientas, alianzas y capacidades.
Cristina Sanz alertó sobre cómo muchas de las agendas estratégicas que promovía la extensión han sido directamente atacadas o invisibilizadas:
“Soberanía alimentaria, agroecología, semillas, género, ciencia… todo lo que promovíamos está siendo atacado o invisibilizado.”
Sanz señaló que esta exclusión expresa una orientación de país en la que la agricultura familiar, las pymes agropecuarias y las organizaciones rurales no tienen lugar. Por eso, llamó a recuperar esas agendas como parte de un proyecto alternativo y emancipador, y planteó:
“Nos toca inventar el futuro próximo… inventar el desarrollo rural, inventar la extensión…”.
Susana Soverna, por su parte, propuso volver la mirada a los actores clave que aún hoy sostienen prácticas de intervención territorial, incluso en contextos adversos:
“Pienso que lo más valioso que hay siguen siendo los técnicos”
“Las universidades, los gobiernos provinciales… los intendentes son los que se topan directamente con el problema. No los desestimemos.”
Guillermo Hang planteó con claridad que no se trata simplemente de promover innovación, sino de pensar la innovación en función de un horizonte de transformación social:
“La clave de toda la discusión sobre las políticas está en la búsqueda de una relación adecuada entre innovación y desarrollo social y no en la innovación por sí misma.”
Y propuso hablar de innovación social, entendida como un proceso que involucra al conjunto del tejido social:
“No solo qué conocimiento se produce, sino para qué, para quién, y en qué condiciones se comparte.”
 
 
Segundo eje: Las voces de los productores y productoras
En esta instancia, se compartieron experiencias de trabajo con diferentes instituciones y los logros alcanzados en términos organizativos y productivos.
Nina Díaz de Ledesma, desde el oeste santiagueño, relató:
“Esto no se hubiese logrado sin estos programas.”
Describió cómo en un territorio históricamente postergado y con fuertes limitaciones productivas, la articulación con técnicos y organizaciones permitió no solo mejorar las condiciones de producción, sino también construir comunidad y sentido de pertenencia. Su relato destacó la transformación de los productos caprinos, la organización de ferias y almacenes campesinos, y la formación de la Mesa Zonal. Agregó:
“Los extensionistas llegaban a la mañana y se iban a la noche”, integrándose en las dinámicas familiares y comunitarias.
Desde Formosa, Miguel Gauliski compartió una mirada crítica sobre los efectos devastadores de las políticas neoliberales de los años 90:
“La extensión fue la base de todo lo que pudimos sostener desde los 90 hasta acá. Sin ella, muchos no estaríamos más en el campo.”
A partir de la crisis del sistema algodonero, relató cómo lograron reorganizarse, diversificar la producción, implementar estrategias agroecológicas y crear un Consejo Asesor Local. Y enfatizó:
“Estamos viviendo con más virulencia lo que ya vivimos en los 90. Pero ahora nos agarra menos organizados.”
Omar Príncipe, productor de Santa Fe y dirigente cooperativo, trazó un panorama crítico del modelo agrario argentino:
“Si mejoramos la sociedad, mejoramos las instituciones, mejoramos la democracia, vamos a tener una sociedad más igualitaria. Pero en el sector agrario, lamentablemente, estamos viendo en estos últimos tiempos que hay un silencio de radio que está acompañando esta metodología de no hablar, de no discutir, de no debatir, de no proponer.”
Y remarcó:
“Tengamos en cuenta que estamos en la Argentina, un país que muchos dicen que es agrícola, que es el motor del país, pero no tenemos Ministerio de Agricultura.”
Silvio Pérez, floricultor del cinturón hortícola platense, reivindicó el rol del INTA y de la Universidad en la formación y el fortalecimiento organizativo:
“Nos ayudaron a ser quienes somos como organización.”
Pérez también subrayó las dificultades del sector —como la falta de acceso a la tierra y deficiencias alimentarias— y concluyó con una afirmación clave:
“Tenemos que ver la manera de que lo que es del pueblo, quede para el pueblo.”
 
Tercer eje: Miradas internacionales
Octavio Sotomayor (Chile) concluyo que se requiere una nueva generación de políticas públicas que aborden la descarbonización, las emisiones de gases con efecto invernadero, con mayor eficiencia. El proceso de digitalización está en marcha y está redefiniendo los modos de funcionamiento del sistema alimentario: producción, distribución, consumo, desechos.
Gabriel Delgado (IICA Brasil) remarco los avances que la digitalización en la extensión rural está generando en Brasil, permitiendo aumentar el alcance a comunidades y poblaciones aisladas, subrayando que la labor del extensionista debe incorporar la animación digital sin abandonar la presencialidad.
Sandra Xiomara Pulido desde Colombia (Presidenta de RELASER) señaló que la red busca apoyar la consolidación de los sistemas de extensión públicos y privados en América Latina, que promuevan el desarrollo sostenible, como parte de los sistemas de innovación. La red fomenta espacios de dialogo en los países, que son Foros Nacionales, que promueven acciones frente a la optimización de los servicios de extensión mediante la articulación y colaboración entre los principales actores del sistema. Remarcó que Argentina fue fundadora de RELASER y puso a disposición la RED.
 
 
Cierre
El evento no solo buscó analizar la situación local, sino también reflexionar sobre las tendencias en América Latina y debatir colectivamente sobre las alternativas y caminos a seguir. La jornada concluyó con una lectura de conclusiones donde los organizadores hicieron un llamado a la articulación entre instituciones, productores, universidades, movimientos sociales y organismos internacionales para sostener y mejorar el sistema de extensión rural pública.
 
Para visualizar completa la jornada ingrese a: 
Contacto: 
aaderoficial@gmail.com
La Plata, 11 de junio de 2025

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